viernes, 5 de mayo de 2017

La Capucha: Cero opción




Autor: José Luis Zabaleta Mora


Profesor a Dedicación Exclusiva de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Programa de Formación de Grado de Comunicación Social. 
Sede Monagas.



"Para nadie es un secreto que  Venezuela,  se ha convertido  hoy en día,  en el epicentro de un supuesto descontento, según las tomas televisivas de encapuchados  protestando en algunos estados del País, principalmente en la capital, pretendiendo hacerle creer al mundo, que toda Venezuela está viviendo actos de violencia  las 24 horas del día."  


En la actualidad las personas que cubren sus rostros  con una capucha o cualquier tipo de máscara, cuando salen a manifestar, se ha convertido en el centro de atracción de los medios de  comunicación masivos, para informar la supuesta realidad que vive determinado país o región, siempre y cuando los mismos atenten contra los intereses imperialistas, sin tomar en cuenta los hechos violentos y delictivos que se cometen en la clandestinidad.

Sin embargo, lo que para muchos revolucionarios representaba en las manifestaciones un acto de identificación ideológica o la protección de su imagen, en aquellos  tiempos de la cuarta república,  cuando eran perseguidos,  torturados y tirados al aire desde helicópteros, en la actualidad para las autoridades de algunos países es un peligro para la paz, por lo que han aprobado o promovido,  leyes que prohíben a los asistentes de protestas públicas cubrirse el rostro con cualquier tipo de objeto.
Como por ejemplo,  recientemente autoridades de Montreal, Canadá, aprobaron una ley que castiga hasta con 10 años de cárcel a las personas que cubran su rostro durante manifestaciones pacificas, sobre todo si estas se tornan violentas. De acuerdo con los legisladores de ese estado, el objetivo de dicha disposición es identificar plenamente a las personas que ocasionen actos de vandalismo que representan una amenaza cada vez más común en aquél país.
Igualmente, en Nueva York, el uso de máscaras en este tipo de actos no se tolera desde 1854. De acuerdo con el periódico The New York Times, la disposición fue adoptada cuando agricultores disfrazados de indios americanos atacaron y asesinaron a propietarios de tierras en Hudson Valley. Aunque dicha norma fue adoptada más de un siglo atrás, la policía ha incrementado detenciones en los últimos dos años citando dicha ley, comúnmente en actores del movimiento Occupy Wall Street.
Así mismo en Cataluña se anunció en marzo de este año que buscarán crear una nueva ley en la que se castigue este tipo de acciones. El consejero del Interior de Cataluña, Felipe Puig, dijo que esta era una de las medidas que preparaba el parlamento para eliminar a incitadores o como él lo que denominó como “profesionales de los disturbios” e impedir que actúen impunemente en manifestaciones multitudinarias.
Parece contradictorio que para estos países, que apoyan a la oposición en Venezuela, y todo tipo de manifestaciones que ellos protagonicen para sacar a Nicolas Maduro de la presidencia, en su país se las ingenian para penalizar a todo aquel que intente sacarlos del poder e irrumpir el orden y nadie les puede decir nada o inmiscuirse en sus asuntos internos.
Por otra parte en Rusia se aprobó una reforma legislativa, que establece el pago de cuantiosas multas a las personas que participen en manifestaciones no autorizadas, estas disposiciones también señalan la prohibición de cubrirse el rostro.
Más estricto y merece atención el caso de Francia, donde el parlamento aprobó el 13 de julio de 2010 una ley que prohíbe que sus ciudadanos oculten su rostro con máscaras, cascos, pasamontañas o velos no sólo en manifestaciones sino en cualquier lugar público, todo ello con el objetivo de facilitar la identificación de una persona a través del reconocimiento facial en cualquier momento y circunstancia.
Si analizamos la situación aparentemente, desde el punto de vista de la capucha o máscara  en los actos de violencia orquestados por la oposición, en los últimos días, vemos como las agencias de noticias nacionales e internacionales, tratan de justificar estas acciones, colocando como héroes a los encapuchados cuando son sorprendidos flagrantemente cometiendo hechos vandálicos quemando instituciones públicas como el TSJ y privadas como los comercios de Los Teques. No obstante mediáticamente muestran, como el malo de la película al gobierno bolivariano cuando los detiene y los  imputa como terrorista.  
Para nadie es un secreto que  Venezuela,  se ha convertido  hoy en día,  en el epicentro de un supuesto descontento, según las tomas televisivas de encapuchados  protestando en algunos estados del País, principalmente en la capital, pretendiendo hacerle creer al mundo, que toda Venezuela está viviendo actos de violencia  las 24 horas del día. Sin embargo los focos de manifestaciones  siempre son en los mismos municipios, Chacao, Baruta, Sucre y el Hatillo, siendo los sitios emblemáticos  el Valle,  el Paraíso y los centros comerciales. En los Estados Zulia y Mérida en los últimos días también se han registrado algunas manifestaciones, sin embargo según los últimos llamados que ha hecho la oposición a marchas,  trancazo y plantón han sido un fracaso.
Si nos quedamos en lo aparente del caso, y solo analizamos este fenómeno bajo los parámetros que la estructura mediática e ideológica del poder nos pone sobre la mesa, es natural que se vea a los países desarrollados donde se penalizan a los encapuchados como los garantes de la justicia y al Gobierno Bolivariano lo  señalan ante la comunidad internacional como un régimen dictatorial y autoritario cuando aplica la ley a todos aquellos que subvierten el orden. Ahora si profundizamos en el caso y atravesamos la barrera mediática de estos parámetros de análisis, podremos darnos cuenta que estos países que apoyan a la oposición,   nos están viendo la cara a los venezolanos de ( mejor no lo digo).

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