Autor: José Luis Zabaleta Mora
Profesor a Dedicación Exclusiva de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Programa
de Formación de Grado de Comunicación Social.
Sede Monagas.
"Para nadie es un secreto que Venezuela, se ha convertido hoy en día, en el epicentro de un supuesto descontento, según las tomas televisivas de encapuchados protestando en algunos estados del País, principalmente en la capital, pretendiendo hacerle creer al mundo, que toda Venezuela está viviendo actos de violencia las 24 horas del día."
En la
actualidad las personas que cubren sus rostros
con una capucha o cualquier tipo de máscara, cuando salen a manifestar, se ha convertido en el centro de atracción
de los medios de comunicación masivos,
para informar la supuesta realidad que vive determinado país o región, siempre
y cuando los mismos atenten contra los intereses imperialistas, sin tomar en
cuenta los hechos violentos y delictivos que se cometen en la clandestinidad.
Sin embargo, lo que
para muchos revolucionarios representaba en las manifestaciones un acto de
identificación ideológica o la protección de su imagen, en aquellos tiempos de la cuarta república, cuando eran perseguidos, torturados y tirados al aire desde helicópteros, en la actualidad para las
autoridades de algunos países es un peligro para la paz, por lo que han
aprobado o promovido, leyes que prohíben
a los asistentes de protestas públicas cubrirse el rostro con cualquier tipo de
objeto.
Como por
ejemplo, recientemente autoridades de
Montreal, Canadá, aprobaron una ley que castiga hasta con 10 años de cárcel a
las personas que cubran su rostro durante manifestaciones pacificas, sobre todo
si estas se tornan violentas. De acuerdo con los legisladores de ese estado, el
objetivo de dicha disposición es identificar plenamente a las personas que
ocasionen actos de vandalismo que representan una amenaza cada vez más común en
aquél país.
Igualmente, en Nueva York, el uso de
máscaras en este tipo de actos no se tolera desde 1854. De acuerdo con el
periódico The New York Times, la disposición fue adoptada cuando agricultores
disfrazados de indios americanos atacaron y asesinaron a propietarios de
tierras en Hudson Valley. Aunque dicha norma fue adoptada más de un siglo
atrás, la policía ha incrementado detenciones en los últimos dos años citando
dicha ley, comúnmente en actores del movimiento Occupy Wall Street.
Así mismo en Cataluña
se anunció en marzo de este año que buscarán crear una nueva ley en la que se
castigue este tipo de acciones. El consejero del Interior de Cataluña, Felipe
Puig, dijo que esta era una de las medidas que preparaba el parlamento para
eliminar a incitadores o como él lo que denominó como “profesionales de los disturbios”
e impedir que actúen impunemente en manifestaciones multitudinarias.
Parece contradictorio
que para estos países, que apoyan a la oposición en Venezuela, y todo tipo de
manifestaciones que ellos protagonicen para sacar a Nicolas Maduro de la presidencia,
en su país se las ingenian para penalizar a todo aquel que intente sacarlos del
poder e irrumpir el orden y nadie les puede decir nada o inmiscuirse en sus
asuntos internos.
Por otra parte en
Rusia se aprobó una reforma legislativa, que establece el pago de cuantiosas
multas a las personas que participen en manifestaciones no autorizadas, estas
disposiciones también señalan la prohibición de cubrirse el rostro.
Más estricto y merece
atención el caso de Francia, donde el parlamento aprobó el 13 de julio de 2010
una ley que prohíbe que sus ciudadanos oculten su rostro con máscaras, cascos,
pasamontañas o velos no sólo en manifestaciones sino en cualquier lugar
público, todo ello con el objetivo de facilitar la identificación de una
persona a través del reconocimiento facial en cualquier momento y
circunstancia.
Si analizamos la
situación aparentemente, desde el punto de vista de la capucha o máscara en los actos de violencia orquestados por la
oposición, en los últimos días, vemos como las agencias de noticias nacionales
e internacionales, tratan de justificar estas acciones, colocando como héroes a
los encapuchados cuando son sorprendidos flagrantemente cometiendo hechos
vandálicos quemando instituciones públicas como el TSJ y privadas como los
comercios de Los Teques. No obstante mediáticamente muestran, como el malo de
la película al gobierno bolivariano cuando los detiene y los imputa como terrorista.
Para
nadie es un secreto que Venezuela, se ha convertido hoy en día,
en el epicentro de un supuesto descontento, según las tomas televisivas
de encapuchados protestando en algunos
estados del País, principalmente en la capital, pretendiendo hacerle creer al
mundo, que toda Venezuela está viviendo actos de violencia las 24 horas del día. Sin embargo los focos
de manifestaciones siempre son en los
mismos municipios, Chacao, Baruta,
Sucre y el Hatillo, siendo los sitios emblemáticos el Valle, el Paraíso y los centros comerciales. En los
Estados Zulia y Mérida en los últimos días también se han registrado algunas
manifestaciones, sin embargo según los últimos llamados que ha hecho la
oposición a marchas, trancazo y plantón
han sido un fracaso.
Si nos
quedamos en lo aparente del caso, y solo analizamos este fenómeno bajo los
parámetros que la estructura mediática e ideológica del poder nos pone sobre la
mesa, es natural que se vea a los países desarrollados donde se penalizan a los
encapuchados como los garantes de la justicia y al Gobierno Bolivariano lo señalan ante la comunidad internacional como
un régimen dictatorial y autoritario cuando aplica la ley a todos aquellos que
subvierten el orden. Ahora si profundizamos en el caso y atravesamos la barrera
mediática de estos parámetros de análisis, podremos darnos cuenta que estos
países que apoyan a la oposición, nos están viendo la cara a los venezolanos de
( mejor no lo digo).
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